¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?

¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?, Centro Óptima

¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?

En la actualidad, cada vez se escucha más el término autista o niño/a con autismo, pero ¿sabemos que abarca el trastorno del espectro autista?

En este artículo, conoceremos un poco más sobre este trastorno, citando algunos signos de alerta, cómo se realiza la evaluación y algunas ayudas que nos pueden servir en el día a día.

Para comenzar, contestaremos a la siguiente pregunta: ¿qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el TEA es un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo.

Aparece durante la infancia del niño/a, en la mayoría de los casos, en los primeros cinco años de vida.

En el DSM-V (Guía de consulta de los criterios diagnósticos) se recogen los siguientes criterios para este trastorno:

  1. A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos.
  2. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
  3. C. Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del período del desarrollo.
  4. D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral y otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
  5. E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual o por el retraso global del desarrollo.

En el siguiente cuadro, se mostrarán algunas de las señales de alerta que deberíamos tener en cuenta:

Antes de los 12 meses: Después de los 12 meses: Entre los 18 y 24 meses:
– No fija la mirada en personas.

– No muestra anticipación.

– Falta de interés en juegos como “cu-cu”.

– No muestra ansiedad ante extraños.

 

– No responde a su nombre.

– No señala ni muestra objetos.

– Respuestas inusuales ante estímulos auditivos.

– Menos contacto ocular.

– No mira hacia donde se señala.

– Ausencia de imitación.

– Ausencia de balbuceo social o comunicativo.

– No responde a su nombre.

– No señala ni muestra objetos.

– Poco contacto ocular.

– Ausencia de imitación.

– Retraso en el desarrollo del lenguaje expresivo o comprensivo.

– No tiene un juego funcional.

– Formas repetitivas de juego (como abrir o cerrar continuamente)

– Falta de interés en sus hermanos u otros niños.

– Antes usaba algunas palabras, pero ya no.

 

No necesariamente se deben de cumplir todas las señales citadas en el cuadro anterior. En el caso que se observen varias de las conductas, se recomienda acudir a un psicólogo/a o logopeda para que realice una evaluación más objetiva.

La Atención Temprana tiene un papel fundamental ya que, lo más recomendable es comenzar cuanto antes con la intervención para potenciar todas las habilidades del niño/a, minimizar sus dificultades y ofrecerles a sus padres las herramientas necesarias para su día a día, así como solucionar todas las posibles dudas que puedan tener.

El psicólogo/a o logopeda comienza con una evaluación del niño/a, que puede incluir:

  • Un cuestionario que realizan los padres respondiendo a unas preguntas sobre el desarrollo de su hijo/a. Uno de los cuestionarios que se utilizan para la detección del trastorno del espectro autista es el M-CHAT. Además de este cuestionario, también podemos encontrar el cuestionario ADI-R, una entrevista que se le realiza a los padres y evalúa el lenguaje y comunicación, interacción social y las conductas e intereses restringidos y repetitivos del niño/a.
  • Con la observación, el profesional observa cómo juega e interactúa el niño/a con los demás o los juguetes. Una de las escalas que podemos usar para el diagnóstico es el ADOS-2. Esta evalúa la comunicación, interacción social y el juego o uso imaginativo del niño. Se puede aplicar a niños/as a partir de los 12 meses y a adultos.
  • Algunas pruebas que realizará el niño/a con la que evaluaremos su capacidad de pensar y tomar decisiones.

Además de todo ello, pueden realizarse otras pruebas complementarias como escalas de desarrollo (BATTELLE), escalas de inteligencia (en niños: WISC-IV o en adultos: WAIS-IV) o evaluación de la conducta adaptativa (ABAS-II).

Por otro lado, entre las herramientas que podemos ofrecerles a los padres, tenemos las siguientes:

  • Agendas visuales: las agendas visuales son una gran herramienta que nos ayuda de una manera más visual a proporcionarles una información más estructurada y secuencial sobre el día a día. Gracias a esto, podemos anticiparles en todo momento lo que va a hacer a lo largo del día.
  • Tableros de comunicación: esta herramienta nos ayudará sobre todo con aquellos niños que no tienen una comunicación verbal. Gracias a estos tableros de comunicación, el niño podrá indicar sus necesidades y peticiones de manera que pueda generalizarse en todos sus entornos y con las personas que le rodean.

Para ambas, puedes contar con la ayuda de psicólogos/as o logopedas que le ayudarán a realizar este tipo de agendas o tableros acorde a las necesidades del niño/a.

Patricia Lucena Gómez (Logopeda y Especialista en Atención Temprana en Centro Óptima)