EL DESEO SEXUAL

EL DESEO SEXUAL

EL DESEO SEXUAL

A veces, escuchamos en nuestro entorno que hay personas que no tienen deseo, que ya no les atrae la sexualidad, que no tienen ganas, que son mayores… El deseo sexual bajo es cada vez más frecuente como motivo de consulta a la sexóloga.

Se define deseo sexual hipoactivo (antes denominado deseo sexual inhibido) como la inhibición persistente y profunda del deseo sexual.

Esta disminución puede producirse por diversos motivos, por factores físicos: como el padecimiento de una enfermedad, por ejemplo alteraciones del tiroide, el consumo de determinados fármacos (anticonceptivos orales, antidepresivos, antihipertensivos, entre otros) o por intervenciones quirúrgicas.

Otros factores son los psicológicos, que puede deberse a diferentes procesos:

1. Comenzamos a perder interés por los estímulos sexuales repetitivos y preferimos otros más novedosos.

2. Cada vez somos más tolerantes hacia la pareja. Al comienzo de la relación, no conocemos en profundidad a la persona amada y todo de ella nos parece novedoso y atractivo, pero con el paso del tiempo necesitamos una mayor intensidad de estímulos de nuestra pareja para poder crear una respuesta semejante a la que teníamos al principio (la pareja tiene que hacer algo más llamativo para que consiga sorprendernos).

3. Otros autores proponen la rutina como la causante de la reducción de la pasión, sobre todo porque con el tiempo disminuye la incertidumbre, la cual es uno de los grandes motores del mantenimiento de la pasión (cuanto más conocemos a la pareja, menos incertidumbre nos genera).

4. La disminución de la atención hacia la pareja, es decir, cuando la pareja no realiza manifestaciones afectivas y casi exclusivamente se muestra cariñosa y atenta cuando quiere tener un contacto más íntimo.

Aparte de estos factores, hemos de ser conscientes de que la relación amorosa evoluciona y lo hace a través de tres etapas. La primera es la del enamoramiento, en ella dedicamos mucho tiempo a pensar en esa persona, la idealizamos y minimizamos sus defectos, queremos verla, tocarla, besarla, abrazarla…

Una vez que nos hemos enamorado y somos correspondidos, pasamos a la fase de amor romántico-pasional en la que el deseo y la pasión alcanzan altos niveles. En ella desarrollamos una gran intimidad con la pareja mediante largas conversaciones en las que de forma recíproca y progresiva contamos aspectos muy íntimos de nuestra vida. El que tengamos necesidades complementarias, el poseer valores similares y una personalidad parecida también ayudarán a que la relación avance y se asienten las bases del compromiso.

Este amor pasional poco a poco irá transformándose en amor compañero que se caracteriza por ser más pausado y estable, con aspectos como el cuidado mutuo, una mayor confianza, apoyo emocional, una comunicación abierta, sentimiento de pareja y compenetración… pero también con un descenso en laatracción y el deseo sexual.

En la actualidad existe la creencia errónea de que si nuestra pasión disminuye (suele coincidir con el paso de la fase del amor romántico-pasional al amor compañero) el amor termina. El amor es un proceso y no podemos olvidar que todos estos cambios de etapas son necesarios, normales y que siguen siendo manifestaciones de amor.

¿Qué podemos hacer para aumentar el deseo sexual?

Algunas autoras, como Helen Fisher defienden que esta disminución progresiva del deseo hacia la pareja es un comportamiento universal (a casi todas las personas les puede ocurrir), una vez que entendemos cómo el Amor evoluciona, si lo vemos necesario, podemos aplicar una serie de ideas que reaviven el deseo sexual hacia la persona amada. Aquí propongo algunas:

1. Utilizar las fantasías sexuales, las fantasías son historias que pensamos relacionados con el sexo, y que no hay por qué llevarlas a la práctica. Pensar en sexo aumentará nuestro deseo y por tanto, las ganas de compartir un momento placentero con nuestra pareja. Las fantasías sexuales cumplen muchas funciones: es un gran estimulante sexual, facilita el orgasmo y sirve para conservar recuerdos sexuales agradables, por ejemplo, pensar en un encuentro que tuvimos con la pareja que fue magnífico, podemos usarlo como fantasía, ya que lo recordamos y nos genera sensaciones placenteras.

2. Otra pauta es salir de la rutina mediante la incorporación de pequeñas innovaciones, como planear un encuentro con la pareja a una hora que no sea la habitual y modificar el escenario, realizar un pequeño viaje, leer un relato erótico con tu pareja….

3. Besarse más: pero un beso bien dado, hace que el deseo sexual se desencadene y lo convirtamos en conductas.

Recomiendo besar más, para vivir más felices.

Vanessa Gómez Fernández.

EL DESEO SEXUAL, Centro Óptima

Colección: beautiful places