Mi problema con los números: DISCALCULIA

Mi problema con los números: DISCALCULIA, Centro Óptima

Mi problema con los números: DISCALCULIA

Algunos niños y niñas, durante su etapa académica, pueden mostrar dificultades con los números como, por ejemplo, a la hora de contar o aprender las tablas de multiplicar. En ocasiones, esto puede asociarse a que “no se le dan bien las matemáticas” o simplemente “que no le gustan” pero, ¿sabías que esto podría deberse a un trastorno conocido como discalculia? En este artículo, hablaremos sobre este tema.

La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje de las matemáticas de origen neurobiológico que afecta a la adquisición del conocimiento sobre los números y el cálculo, dentro de un nivel intelectual normal y que no está causado por privación escolar o un mal método de aprendizaje. Aunque en algunas ocasiones puede tratarse solamente de discalculia, puede tener comorbilidad con otros trastornos, como de atención, trastornos motores o dislexia.

Con ello, no queremos decir que todos los niños y niñas que tienen dificultades con las matemáticas en la escuela o instituto tengan discalculia. Por eso, se aconsejaría ir a un profesional para que realice una evaluación y su correspondiente intervención en el caso de que sea necesario. Además, aclarar que la discalculia no es un trastorno que tenga “cura” sino que el profesional será el encargado de dar las herramientas necesarias al niño o niña para hacer su día a día más sencillo, aprendiendo a vivir con ello.

Por otro lado, la discalculia no solo tiene consecuencias escolares, sino que también supone dificultades en las actividades diarias (como, por ejemplo, uso del dinero o juegos) o dificultades socio-emocionales (baja autoestima).

Ahora, haremos un pequeño ejercicio. Si os digo que penséis en el número cuatro, seguramente no tendréis problema en relacionar dicha palabra con su representación arábiga “4” o incluso si os pregunto si del resultado de la suma de 15 más 28 se encuentra más próximo a 30 o 40, no tendríais muchos problemas en saber que estaría más cerca del 40. En el caso de estos niños y niñas con discalculia, esto supondría un problema.

A continuación, se mencionarán algunas de las dificultades que pueden tener estos niños y niñas en los diferentes momentos de su educación.

Durante la educación infantil:

  • Suelen tener problemas para contar o reconocer los símbolos numéricos (asociar el “2” a la palabra “dos”).
  • Les cuesta relacionar ciertos conceptos con las matemáticas como, por ejemplo, “el número más pequeño es…”.
  • Lentos en sus respuestas a tareas numéricas.

Durante la educación primaria:

  • Continúan usando sus dedos para las operaciones matemáticas.
  • Dificultades a la hora de aprender y recordar hechos numéricos como, por ejemplo, 8×2.
  • Pueden confundir el significado de los signos aritméticos.
  • Les cuesta realizar cálculos aproximados.
  • Presentan dificultades para decir la hora en los relojes de aguja.
  • Dificultades para comprender el concepto de tiempo.
  • Tienen problemas a la hora de asociar valor a la posición de los números (unidades, decenas, centenas…).

Durante la educación secundaria:

  • Les cuesta el cálculo mental, usando en algunas ocasiones los dedos para contar.
  • No comprenden o les resulta complicada la información de gráficos o tablas.
  • Dificultades en el cálculo aproximado.
  • Pueden tener problemas para aplicar los conocimientos matemáticos a la vida diaria.

Ya sabemos un poco más sobre este trastorno y el cómo afecta a los niños y niñas en sus actividades académicas, pero ¿hay algo que puedan hacer los padres?

La mayor parte del tiempo, los niños y niñas van a estar con sus padres, lo que puede suponer una gran oportunidad para ayudarles de una manera divertida. Juegos tan básicos como la oca o el uno, implican el uso de las matemáticas ya sea para contar las casillas del tablero o asociar lo que salga en el dado o la carta con su correspondiente número.  Otra manera, puede ser durante la compra, viendo qué producto tiene el precio más barato o más caro o pidiéndole que nos traiga una cantidad de un producto, asociando de esta manera el número dicho a la cantidad.

Existen infinidad de actividades en nuestra vida diaria que nos pueden servir para “trabajar” de una manera más divertida el uso de los números, viendo que momentos tan simples como puede ser ir a comprar o dar un simple paseo pueden ser muy productivos y prácticos para estos niños y niñas.

De esta manera, el trabajar en casa con sus padres no supone algo “pesado” o “cansado” para el niño o niña, sino todo lo contrario. Una manera divertida de poner en práctica todo lo aprendido de una forma más funcional.

Con la implicación de la familia y la intervención del profesional, ayudaremos a estos niños y niñas con discalculia a hacer su día a día más fácil.

Patricia Lucena – Logopeda, Atención Temprana