¿Qué hago cuando me dan el diagnóstico de mi hijo/a?

¿Qué hago cuando me dan el diagnóstico de mi hijo/a?, Centro Óptima

¿Qué hago cuando me dan el diagnóstico de mi hijo/a?

“Y ahora….¿qué hago?” Esta pregunta la he escuchado miles de veces, con millones de sentimientos y emociones a flor de piel, lágrimas contenidas y respiración entrecortada.

Con este artículo quiero acompañaros y daros información a todos aquellos que os encontréis en los inicios de una evaluación o con un diagnóstico establecido y su posterior intervención logopédica.

Lo primero que quiero transmitiros es que no estáis solos, cuando llegáis a consulta, en el momento en el que la pena y el monstruo del miedo se apodera de vosotros, ahí estaremos para guiaros en este nuevo camino.

Muchos llegáis a mi mesa destrozados por un diagnóstico, otros sin saber muy bien cómo y por qué estáis allí sentados. Todo este miedo es fruto del desconocimiento y la incertidumbre de lo que puede pasar.

Para todos hay un momento decisivo que como logopeda especializada en atención temprana y poniendo en práctica la atención temprana basada en la familia, mi deber es empoderaros. Sí, sí, empoderaros, esa palabra que está tan de moda últimamente y a la que yo le doy tanta importancia. Los cuidadores de un niño o niña que requiere de una intervención logopédica necesitan saber qué ocurre, por qué ocurre y cómo pueden actuar. Así que este es el camino a seguir, trabajar de forma conjunta con el mismo fin: potenciar las cualidades de vuestros hijos y adaptarles el aprendizaje de las áreas en las que presente dificultad.

Todo esto no nos quita valor a los profesionales sino que aporta beneficios a la intervención que realizamos. Es extrapolar los objetivos por los que trabajamos a los ámbitos donde se desenvuelve el niño o niña, que es donde van a necesitar los recursos que les ayudamos a adquirir y utilizar.

Cuando os abruman tantas pruebas, test, preguntas que os hacemos y entrevistas, no podéis perder lo más importante, a vuestro/a hijo/a. Ellos siempre han sido, son y serán personitas con su don de identidad, no podemos enfocarnos en nombres y clasificaciones que, evidentemente son importantes pero no podemos olvidarnos de lo esencial, nuestra gran personita por la que aquí nos encontramos, como siempre, al pie del cañón.

Cada persona tiene unas virtudes y unas áreas que hay que trabajar. ¿Y si potenciamos las virtudes de nuestros hijos? Siempre me he preguntado qué hubiera pasado si mis padres me hubieran obligado a trabajar día tras día en ser una gran atleta en lugar de apoyarme cuando decidí tocar un instrumento o bailar, cosas que me apasionan.
Busquemos los puntos fuertes y potenciémoslos, los puntos más débiles saldrán reforzados al poder trabajarlos con una mayor tolerancia a la frustración, lo que nos permitirá potenciar aquellos en los que hay mayor dificultad.
Nadie construye una casa por el tejado, hay que empezar por tener unos buenos cimientos. En el caso del lenguaje, el habla y la comunicación si queremos que construyan frases complejas no podremos nunca conseguirlo sin un buen conocimiento de conectores, estructuras gramaticales y un excelente vocabulario.

Y ya finalizo aclarando que los padres no sois los terapeutas y por tanto no debéis asumir la responsabilidad de llevar el guión sino todo lo contrario, debéis dejaros llevar por nuestra mano y participar aportando información en los objetivos, ya que vuestras preocupaciones son nuestra prioridad y repercuten en la calidad de vida de vuestra familia. Con esto no quiero decir que no seáis críticos con nuestro trabajo sino que trabajemos siempre de forma conjunta pues para eso estamos, para acompañarnos y guiarnos.

Mª Ángeles Ariza Recio (Logopeda-Atención Temprana)