CÓMO CARGAR LAS PILAS EN VACACIONES

CÓMO CARGAR LAS PILAS EN VACACIONES

 

Vacaciones

 

Las altas temperaturas ya no son una sorpresa, se han instalado en nuestros termómetros y nuestro cuerpo pide a gritos reducir la actividad y en cuanto sea posible disfrutar de unas merecidas vacaciones.

¿Te sientes cansada/o, apática/o, sin interés, irritable, con dificultades de concentración y la jornada se te hace interminable?

Pues sí, esos son algunos de los síntomas de que necesitas recargar pilas, salir de vacaciones.

Lo primero es la toma de decisión. Realizas un balance, evalúas tus posibilidades a nivel laboral, familiar y de recursos económicos.  Conclusión: ¡decides que te vas a conceder esas merecidas vacaciones!

¿Con qué obstáculos te puedes encontrar para que ese tiempo de descanso y  de encuentro sea verdaderamente saludable, satisfactorio y feliz?

  • A veces cuesta llegar a acuerdos con la pareja o algún otro miembro de la familia sobre dónde, cuándo y con qué experiencias disfrutar.
  • Caer en las rutinas o el estrés que nos producen los horarios y el estilo de vida con el que vivimos los once meses restantes.
  • El sentido del deber que te dicta como un tirano para que andes enredado en el hacer de una cosa a otra. Con frecuencia es solo una excusa para no tomar consciencia de que puedes Ser sin hacer.
  • Las expectativas: a veces cuando salimos de viaje, nos marcamos unos objetivos poco realistas y nos vemos inmersos en jornadas maratonianas para poder visitar todos los rincones, museos de esa ciudad.
  • El reservar los días de vacaciones para realizar gestiones, que en realidad si organizamos adecuadamente podremos hacer durante todo el resto del  año.
  • Y  ya en la recta final de agosto los pensamientos anticipatorios. La ansiedad que nos produce el pensar en la vuelta al trabajo y la rigidez de horarios.

¿Es diferente lo que nos aporta un viaje a quedarnos en casa como siempre?

La experiencia que se nos abre con un viaje favorece que despertemos la curiosidad, el interés por aprender y salir de la zona de confort.

Si las circunstancias este verano no te  permiten salir fuera,  también puedes disfrutar de este tiempo libre si tu actitud es de apertura hacia  actividades nuevas, de romper con los hábitos,  podemos inscribirnos en un curso de vela, kayak, fotografía…

¿Qué debemos procurar para que estas vacaciones nos permitan recuperarnos y sentir que empezamos un nuevo ciclo, una nueva etapa con nuevos propósitos?

  • Cuidar de nuestra salud, física y emocionalmente. Encontrar un límite a los placeres de la gastronomía, tapitas, copas, trasnochar. En el fondo es importante conjugar el verbo “renunciar”, con el compañero “elegir” en el que reside nuestra libertad.
  • Revisar el estilo de vida: disfrutar plenamente cada momento, siendo conscientes del Aquí y el Ahora.
  • Establecer nuevos propósitos
  • Regalarnos momentos para compartir con amigos o familiares a los que hemos tenido que renunciar durante el  año por motivos de trabajo.
  • Evitar el estrés  de querer vivirlo todo, las veladas nocturnas, los encuentros matutinos, cursos…

RECOMENDACIONES

  1. Dialoga con tu pareja, expresándole tus necesidades y preferencias, comprendiendo que no van a coincidir en algunas de las propuestas, y que aún así podéis llegar a un destino del que podáis disfrutar ambos.
  2. Durante el viaje, relaja tus exigencias, evita jornadas maratonianas y elige según lo que te entusiasme y aplaza algunos centros de interés para otra futura visita.
  3. Si has elegido quedarte en casa establece unas prioridades (atiende solo lo que es importante y urgente) y planifica unos espacios de tiempo para disfrutar de tu entorno como si fueses un turista (senderos, excursiones…)
  4. Practica la Atención Plena al momento presente, el Aquí y Ahora, . En cualquier situación, en la playa, en la comida.. disfrutando del placer de las cosas sencillas: escuchar música, pasear con tu perro, jugar con los niños..
  5. Regálate momentos de estar plenamente contigo mismo, de desconexión de redes sociales, móviles.
  6. Reserva 1-2 días después del viaje para adaptarte al entorno cotidiano e incorporarte progresivamente.

¡Te deseamos una maleta repleta de salud, energía y felicidad!

Amalia Ortega García (Psicóloga, Logopeda y Pedagoga)